jueves, 16 de septiembre de 2010

Alfonso en Afganistán


    Llevaba yo bastante tiempo sin escribir sobre la musa que durante los dos últimos años y medio ha sido la fuente de inspiración de este blog. Les confieso que durante casi tres meses no escribí nada porque un humilde acto de reflexión me llevó a concluir que por ahí, por esa línea de hablar de Él permanentemente, no iba a ninguna parte.

    Mis sentimientos hacia él, como ya saben, son de un rechazo absoluto, y deseo que se marche para siempre, aunque esto pueda suponer el fin de mi inspiración y por tanto, la casi desaparición del blog.

    Pero, y miren que lo he intentado, es imposible no seguir escribiendo sobre este fenómeno. Lleva unos días “sembrao”. Primero fue lo de los parados que trabajan para España, y ahora ha sido lo de Afganistán.

    Ayer, en sesión parlamentaria sobre Afganistán, sobre la guerra que no es tal, el Presidente, candidato al Premio Cervantes por las vueltas que le da a las palabras, habló y habló sobre Afganistán y en todo momento eludió pronunciar la palabra GUERRA. Habló de territorio hostil, acción bélica, lucha contra el terrorismo y cosas así. Pero la palabra GUERRA no existe.

    Una y otra vez se niega a aceptar la realidad, y ésta no es otra que una guerra en la que yan han caído 94 españoles. Españoles para los que la muerte, como dice la canción, no es el final. Para Rodríguez, son 94 accidentes inevitables. Cosas de su positivismo antropológico.

    Lo de Afganistán, y que le pregunten a Mambrú,  es una misión de Paz

    Una y otra vez niega la guerra de la misma manera que negó no tres, sino mil veces, la crisis... y cuando la reconoció ya era tarde. Por tanto, y siguiendo ese extraño esquema mental de Rodríguez, si negó la crisis y miren la que se ha liado, negando la GUERRA no hace más que confirmarnos que lo de Afganistán es una GUERRA de esas que hacen que el grajo vuele bajo.

    Es por otra parte lógico que el Presidente Del Ansia Infinita de Paz no pueda pronunciar la palabra GUERRA; es un vocablo que no existe en su extenso vocabulario. No existe y por tanto jamás, jamás la pronunciará.

    Lo que sucede es que ha dado tantas vueltas al lenguaje para no pronunciar la palabrita de marras que cualquier día, cuando tenga que volver a hablar de la Guerra de Afganistán y con tal de no pronunciar ni reconocer la GUERRA, nos dirá que lo que allí hay es un Alfonso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que me dices del exministro de defensa, Mr. Alonso, con su clase magistral sobre el sentido polisémico de la parabra WAR? (guerra para un tal Bush y par para super Obama).

Carlos Arnáiz

Nunú dijo...

"Henmano" tienes razón. Zapatero de pequeño veia todas las tardes a los Payasos de la Tele cuando en su canción " Mi barba tiene 3 pelos ", no se podía decir ni "pelo" ni "barba". Esto se le quedó grabado y por eso cuando habla no emplea nunca las palabras adecuadas.Esa es la explicación de que hable como un payaso.