miércoles, 21 de abril de 2010

Un pollo en el armario

      Me gusta el pollo, en todas sus variedades culinarias: En salsa, frito, empanado, al chilindrón , a la moruna (receta de mi madre), con arroz, a la andreita, con fideos , el de Kentucky, a la parrilla, a la brasa, la sopa de pollo, el pollo criollo...

         En cuestiones de pollo solo admito una discusión: Pechuga o muslo, que es cuestión de gustos y yo, al menos en asuntos polleros lo tengo claro; siempre pechuga.

         Por otra parte , también quiero decirles que como podrán comprobar por la foto que acompaña mi perfil en este blog, no estoy calvo. Luzco una gris cabellera, enemiga de todos los greciandosmil.

         Y para rematar, les tengo que confesar que me gustan las mujeres, entendiendo esto como que soy heterosexual. Cuestión de gustos, como lo del pollo, aunque en este caso, el de las mujeres, no tengo tan claro mi postura en una posible discusión como la que planteaba con el pollo.

         Alguno de ustedes se estarán preguntando que a qué viene todo esto. Muy sencillo, yo les explico: El Presidente de Bolivia, Evo Morales, ha dicho ayer que el consumo de pollo hace que los hombres se queden calvos y que tengan tendencias homosexuales.


         Manda trillos la frase.


         Supongo que la habrá dicho mientras mascaba hojas de coca, vaya esto en su descargo, porque claro, si lo dicho por este insigne estadista fuera cierto, yo sería la excepción. Y realmente, no me creo excepción de nada, y mucho menos, un ser excepcional.

         Pero no crean que estoy convencido del todo de que estas sabias palabras cocaleras no son ciertas porque aún no he oído ni leído ninguna crítica de los sectores intelectuales y progresistas, ni ha salido ningún colorista abanderado a censurar a Evo.


         El tema, aunque parezca baladí no lo es, no, porque a partir de ahora habrá que tener mucho cuidado con las expresiones que utilizamos, no vaya a ser que no digamos lo que creemos decir.

         Así, expresiones tan nuestras como “pollo pera” o “se montó un pollo...” adquieren ahora un nuevo significado, una nueva dimensión. O refranes tan castizos como “ A pesar de ser tan  pollo, tengo más plumas que un gallo”... bueno no, este refrán si le parecerá bien al gran Evo.

         Y este personaje es quien dirige los destinos de un país. Alguien dijo una vez que en este país, el nuestro, no cabía un tonto más. En otros países tampoco.


         Para terminar, les diré que hoy al llegar a casa comprobé que había pollo para comer. Por si acaso, y mientras se aclara el tema, abrí una lata de fabada y guardé el pollo en el armario, digo en la nevera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La frase de Santiago Amón siempre me ha parecido genial, desgraciadamente. La continuación de Carlos Herrera, "si surgen cuatro o cinco más se caerán al mar" no le va a la zaga. Por cierto, no había leído esta noticia. Voy a hacerle un seguimiento. Saludos. Juanma

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Si es que Evo, ya desde sus inicios con esos jerseys coloristas para combatir el frío andino, se le veía que tenía una espinita clavada, como el de la calvicie no es ya que se le ve que también luce una buena melena, será el otro ¿no?, a algo habrá que echarle la culpa, al pollo, pues al pollo.

Por cierto, Zerolo también luce unos rizos estupendos, me corroen muchas dudas: ¿será que el pollo si afecta a la homosexualidad no afecta a la calvicie? ¿se puede ser calvo y gay? ¿Evo es el masculino de Eva? y por último y no menos importante: ¿los jerseys de Evo Morales se los hacen sus correligionarios daltónicos, su señora abuela, o la mismísima oposición?

Saludos