martes, 22 de julio de 2008

La orilla del hambre

El famoso nadador de blanca sonrisa cruzó a nado el Estrecho. No lo hizo una vez, ni dos, sino tres veces seguidas, del tirón. Iba acompañado, a la vez que protegido, por una legión de embarcaciones, medios de comunicación, personal sanitario, entrenadores...

No muy lejos de allí otros hombres de blanca sonrisa se hacinaban en la patera que había partido desde la orilla del hambre. No querían cruzar el Estrecho tres veces, ni dos porque con una les bastaba. Nadie les acompañaba, nadie les protegía.

El famoso nadador de blanca sonrisa y pegatinas de plátanos en el pecho llegó a la orilla y se negaba a salir del agua si no le reconocían su hazaña, y quedaba constancia de la misma.

No muy lejos de allí, los hombres de la patera llegaron a la orilla , a la otra orilla, y lo único que querían era salir del agua una vez lograda su hazaña; nadie les reconoció la misma y en ningún sitio quedó constancia.



El famoso nadador , con su sonrisa blanca , salió del agua y los servicios médicos se apresuraron a abrigarle, alimentarle y trasladarlo urgentemente a un centro médico para proceder a una revisión.

Los hombres de la patera, salieron del agua apresuradamente; nadie les abrigó, nadie les dio de deber. Nada más pisar tierra firme echaron a correr entre las dunas.



El famoso nadador tras pasar por el hospital y recuperarse cogió un avión y regresó victoriosos a su país.

Los hombres de la patera fueron interceptados en algún punto por las autoridades quienes tras prestarles asistencia médica, los metieron en un avión y los devolvieron , derrotados, a sus países de origen, allí donde está la orilla del hambre y desde la que se ve la de la esperanza.



El famoso nadador, más sonriente que nunca y con más pegatinas que nunca en su indumentaria, estaba feliz, logró su hazaña y tal vez algún día lo vuelva a intentar, probablemente cuando quiera algo de fama y notoriedad.

Los hombres, mujeres y niños de las pateras no lo lograron. Ayer fueron 9 niños los muertos, mañana otros tantos... y a pesar de todo algún día, seguro, seguro que lo volverán a intentar...quizás cuando solo pretendan sobrevivir.

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