Más de un mes lleva el barco Alakrana secuestrado en manos de los piratas somalíes.
36 hombres secuestrados y amenazados. 36 familias secuestradas.
La situación es peligrosa y muy grave. Y peor se ha puesto desde la intervención del juez Garzón, porque verán, estos temas hay que llevarlos con mucha diplomacia y discreción. Y eso es justo lo que este juez no ha hecho.
Los piratas secuestran a nuestros pescadores, a 36, y Garzón ordena traer a España a 2 piratas, o piratines, capturados por las tropas españolas.
Toma ya, que se fastidien los piratas, que me traigo a dos... sin pensar que ellos tienen a 36. Buen balance, señor juez...
Hoy nos hemos enterado que los piratas han desembarcado a 3 marineros secuestrados y se los han entregado a las familias de los 2 que están en España. No se sabe si es una medida de presión, o lo que es peor, para que se tomen venganza.
¿Qué va a hacer ahora el superjuez? , ¿con qué golpe de efecto periodístico nos va a sorprender?
Una vez más este personaje , más mediático de lo que sería deseable, ha antepuesto su afán de notoriedad a la seguridad de nuestros marineros. Una vez ha confundido las cosas...será que como es el hombre que según su biografía “veía amanecer”, pues la noche le confunde.
Y sí que se ha confundido una vez más. Ha creído que estos piratas son como los que salen en las historias de Astérix, esos que cuando veían a éste y a su compañero Obélix, hundían ellos mismos su propio barco.
Garzón no es Astérix y no tiene la poción mágica. Y estos piratas no son de papel.
La situación que ha creado es para todos, pero sobre todo para los secuestrados y sus familias, muy delicada, muy peligrosa. Como diríamos los comunes y vulgares mortales, una situación de locos...
Obélix lo hubiera definido muy bien: “Está loco este romano”.
Y que cada uno quite la palabra “romano” y ponga la que crea más conveniente.
36 hombres secuestrados y amenazados. 36 familias secuestradas.
La situación es peligrosa y muy grave. Y peor se ha puesto desde la intervención del juez Garzón, porque verán, estos temas hay que llevarlos con mucha diplomacia y discreción. Y eso es justo lo que este juez no ha hecho.
Los piratas secuestran a nuestros pescadores, a 36, y Garzón ordena traer a España a 2 piratas, o piratines, capturados por las tropas españolas.
Toma ya, que se fastidien los piratas, que me traigo a dos... sin pensar que ellos tienen a 36. Buen balance, señor juez...
Hoy nos hemos enterado que los piratas han desembarcado a 3 marineros secuestrados y se los han entregado a las familias de los 2 que están en España. No se sabe si es una medida de presión, o lo que es peor, para que se tomen venganza.
¿Qué va a hacer ahora el superjuez? , ¿con qué golpe de efecto periodístico nos va a sorprender?
Una vez más este personaje , más mediático de lo que sería deseable, ha antepuesto su afán de notoriedad a la seguridad de nuestros marineros. Una vez ha confundido las cosas...será que como es el hombre que según su biografía “veía amanecer”, pues la noche le confunde.
Y sí que se ha confundido una vez más. Ha creído que estos piratas son como los que salen en las historias de Astérix, esos que cuando veían a éste y a su compañero Obélix, hundían ellos mismos su propio barco.
Garzón no es Astérix y no tiene la poción mágica. Y estos piratas no son de papel.
La situación que ha creado es para todos, pero sobre todo para los secuestrados y sus familias, muy delicada, muy peligrosa. Como diríamos los comunes y vulgares mortales, una situación de locos...
Obélix lo hubiera definido muy bien: “Está loco este romano”.
Y que cada uno quite la palabra “romano” y ponga la que crea más conveniente.
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