Los pactos se firman para incumplirlos. Esto es una máxima sagrada que hay que respetar y así lo hace día a día el partido dirigido por el señor de las cejas modelo Citröen.
Los dos grandes partidos habían firmado un pacto por el que se comprometían a no apoyar las mociones de censuras promovidas por tránsfugas. Y en esas estábamos cuando los concejales sociolistos del Ayuntamiento de Benidorm han decidido apoyar una moción de censura presentada por un tránsfuga popular.
Entre estos concejales se encuentra la mamá de Leire Pajín.
Para no incumplir el pacto antitránsfugas estos socialistas, habituales socios de la picaresca y listos por naturaleza, han decidido abandonar el partido y así aquí paz y después gloria (bueno gloria no que es un término con connotaciones religiosas y estos son laicos muy laicos, faltaría más).
Ante tamaña desfachatez, el partido de Leire calla, y por tanto, otorga. Habría que oir a la Pajín , tan lista, tan rotunda, tan defensora de las causas zapateriles, si esto mismo lo hubieran hecho los concejales populares en cualquier ayuntamiento de España.
Pero Leire calla porque claro, es que se trata de mamá, la que le enseño a amar la libertad, la democracia, la tolerancia y en definitiva esos principios de los que se jactan tanto estos que se creen poseedores de ellos en exclusiva.
Pero mamá se debió olvidar de impartir a su hija las clases de respeto a lo pactado, a las reglas del juego, al juego limpio, al saber perder... se olvidó o tal vez no supo impartirlas porque no tiene conocimientos suficientes.
Y mientras mamá no ejerce la política sino que la perpetra, Leire sigue callada, arrobada ante la presencia del sumo líder del partido. Si éste fuera un buen dirigente político y no un Forrest Gump de la política, daría un zapatazo en la mesa y pondría orden a este tipo de desmanes. Pero no, una vez más , el silencio de los corderos.
Al menos, podría ordenar que escribieran 100 veces “Estas cosas no se hacen”, con letra caligráfica, la que aprendimos en los cuadernos Rubio, esos en los que de pequeños tantas veces escribimos “Mi mamá me mima”, seguido de un “amo a mi mamá”.
Pues será eso, que el amor a una madre está por encima de todas las cosas , y eso Leire lo aprendió bien en los cuadernos de Rubio.
Los dos grandes partidos habían firmado un pacto por el que se comprometían a no apoyar las mociones de censuras promovidas por tránsfugas. Y en esas estábamos cuando los concejales sociolistos del Ayuntamiento de Benidorm han decidido apoyar una moción de censura presentada por un tránsfuga popular.
Entre estos concejales se encuentra la mamá de Leire Pajín.
Para no incumplir el pacto antitránsfugas estos socialistas, habituales socios de la picaresca y listos por naturaleza, han decidido abandonar el partido y así aquí paz y después gloria (bueno gloria no que es un término con connotaciones religiosas y estos son laicos muy laicos, faltaría más).
Ante tamaña desfachatez, el partido de Leire calla, y por tanto, otorga. Habría que oir a la Pajín , tan lista, tan rotunda, tan defensora de las causas zapateriles, si esto mismo lo hubieran hecho los concejales populares en cualquier ayuntamiento de España.
Pero Leire calla porque claro, es que se trata de mamá, la que le enseño a amar la libertad, la democracia, la tolerancia y en definitiva esos principios de los que se jactan tanto estos que se creen poseedores de ellos en exclusiva.
Pero mamá se debió olvidar de impartir a su hija las clases de respeto a lo pactado, a las reglas del juego, al juego limpio, al saber perder... se olvidó o tal vez no supo impartirlas porque no tiene conocimientos suficientes.
Y mientras mamá no ejerce la política sino que la perpetra, Leire sigue callada, arrobada ante la presencia del sumo líder del partido. Si éste fuera un buen dirigente político y no un Forrest Gump de la política, daría un zapatazo en la mesa y pondría orden a este tipo de desmanes. Pero no, una vez más , el silencio de los corderos.
Al menos, podría ordenar que escribieran 100 veces “Estas cosas no se hacen”, con letra caligráfica, la que aprendimos en los cuadernos Rubio, esos en los que de pequeños tantas veces escribimos “Mi mamá me mima”, seguido de un “amo a mi mamá”.
Pues será eso, que el amor a una madre está por encima de todas las cosas , y eso Leire lo aprendió bien en los cuadernos de Rubio.
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